Bienvenidos una vez mas a nuestro Planeta de Luz, donde nos renovamos, nos desconectamos del ruido del mundo del planeta Tierra y nos reconectamos con nosotros mismos.
Tengo la impresión de que ya saben cual será nuestro tema de conversación en esta oportunidad. Porque todos estamos concientes de lo que está a nuestro alrededor, y principalmente de aquello que queremos hacer o conseguir. Sabemos que el mundo no funciona de forma ideal, que hay personas que luchan por sobrevivir, por un día más de vida, por ver el sol un día más, algunos hasta por poder alimentar a sus hijos, y algunos otros, por cumplir sus sueños.
Las luchas son muchas y nosotros no estamos exentos de esta realidad. Todos tenemos luchas, todos soñamos lograr algo, todos queremos llegar a algún lugar, todos queremos crear. Y a pesar de que las herramientas están al alcance de nuestras manos -llámense éstas; capacidad de soñar, sentir el deseo, experimentar la pasión, y actuar para materializar-, en muchos casos nos falta la determinación, o el “empujoncito” final para alcanzar aquello que perseguimos.
Ya hemos oído antes que la determinación se obtiene con facilidad cuando tenemos confianza en nosotros mismos, en nuestro ser y en nuestras capacidades, pero más allá de eso, si miramos dentro de lo más simple, veremos que tal determinación no es más que una elección. Finalmente se resume en decir dar o no dar el paso que falta, hacer o no hacer aquello que podría, (o no) llevarnos a cumplir el objetivo.
Seamos más aventureros, demos el paso que falta, vayamos más allá de donde generalmente vamos, arriesguémonos a salir de nuestra “zona cómoda”, así sea solo para experimentar qué sucede entonces, y cuan lejos podemos llegar. Y si de ésta manera, además logramos conseguir más de algún anhelo que teníamos en la lista de ‘pendientes’ porque nos faltaba aquel empujoncito de osadía y arrebato; ¡Tanto Mejor!
Entonces…¿se animan?
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